sábado, 8 de diciembre de 2012

Sin periodismo no hay democracia

“Sin periodismo no hay democracia”. Es el lema que la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha hecho suyo a lo largo de este año desde que en abril se encargara de dar voz al drama que está viviendo el periodismo debido a la cantidad de medios que están desapareciendo. Coincidiendo con el aniversario de la Constitución, los días 5 y 6 de diciembre la FAPE ha querido que se reivindicara la labor del periodista a la hora de sustentar la democracia.

La palabra democracia, etimológicamente, hace referencia al gobierno del pueblo. Según la Real Academia Española, pueblo, es un conjunto de personas de un lugar, país o región. En su quinta, y última, acepción la RAE se refiere a pueblo como país con gobierno independiente.

Día tras día, escuchamos que los medios son el cuarto poder porque tienen la capacidad de dar voz a unos temas y descartar otros. Este término empezó a utilizarse hacia el siglo XVIII debido a la influencia que el periodismo tenía en la sociedad que venía a complementar los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

Pero en realidad los medios han sido y siguen siendo una especie de contrapoder que intenta limitar el imperio de los otros tres poderes. El objetivo de los medios es hacer que la información pase de las manos de unos pocos al conjunto de la sociedad. Al fin y al cabo, el periodismo no es más que un elemento de control sobre los gobiernos que se ejerce gracias al conocimiento y la trasmisión de la información hacia el conjunto de la masa social. Es por esto que los periodistas tenemos responsabilidad para con la sociedad además del compromiso ético de elaborar informaciones con rigor, veracidad y contrastadas.

La ciudadanía necesita explicaciones de lo que sus gobernantes hacen y la labor del periodista es trasmitir dichas explicaciones, pero ¿qué pasa cuando los gobernantes no las dan; cuando los ciudadanos se preguntan a diario la razón por la que sus gobiernos actúan de una u otra manera? Como han afirmado diversos trabajadores de Telemadrid presentes en un acto a favor del periodismo con camisetas contra el ERE que reducirá la plantilla de la televisión pública de la Comunidad de Madrid en un 80%, “Si cierran una televisión nadie se preocupa; pero luego cuando cierren un hospital la gente se enterará porque no habrá quien les informe”. Según la FAPE, “el derecho a la información y la libertad de expresión pierden fuerza y eficacia cada vez que desaparece un medio”

El periodista entonces, ha de denunciar los abusos de autoridad de los más poderosos, pero el problema viene cuando la información que en teoría debe servir como denuncia ante los atropellos de los gobiernos está contralada por los mismos. El hecho de que en las ruedas de prensa no se acepten preguntas debería ser contestado con un plantón por parte de los medios, pero ¿qué lleva a que no se haga? Muy sencillo, el periodista que acude a una rueda de prensa en la que no se aceptan preguntas no puede dejar de informar porque se debe a un grupo mediático. Los grupos mediáticos, esos grandes criticados por primar el negocio frente a la calidad de las informaciones que elaboran. Es posible y casi seguro, que esto ocurre, pero ¿y si nos ponemos en la piel de un joven recién licenciado al que le ofrecen un puesto de trabajo en un gran grupo mediático? Está claro que el recién licenciado aceptaría el trabajo aunque la calidad de las informaciones que elabora no sean las que les gustaría después de cinco (o más) años estudiando una carrera en la que los medios se idealizan de principio a fin.

¿Y qué pasa con aquellos que llevan tiempo en el grupo mediático? Que acaban convirtiéndose en periodistas orquesta que se encargan de todo, de elaborar informaciones para todo tipo de plataformas lo cual hace que, en el fondo, acabe disminuyendo la calidad. Es cierto que hay periodistas que están comprometidos con la información y con la ciudadanía porque creen (y confían) en que su trabajo es básico para hacer de esta sociedad una sociedad más formada y conocedora de los porqués de lo que sucede.

Como última reflexión, ¿debe el periodismo estar al servicio de los gobernantes? Está claro que no porque esa labor no se llama periodismo, se llama relaciones públicas y para hablar sobre las bondades de unos u otros están sus propios gabinetes de prensa.

Y es por esto que sin periodismo no hay democracia porque los periodistas son los encargados de elaborar informaciones para que los ciudadanos conozcan lo que ocurre a su alrededor y cuenten con las herramientas suficientes para saber qué y cómo elegir a la hora de participar en política. Que, por cierto, no sólo supone acudir a votar cada 4 años…

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