viernes, 21 de diciembre de 2012

La ilusión del becario

El primer día que llegas a la redacción de un medio, ese primer día… Todo parece ser un mundo por descubrir ante el que, recién salido de la facultad (o acabando los estudios), te plantas con toda tu ilusión y con la convicción de que vas a ser uno de esos grandes a los que admiras además de que revolucionarás el mundo del Periodismo.


Poco a poco tus ilusiones van menguando porque te das cuenta de que es un mundo difícil (tanto o más del que te pintan en la facultad) en el que hacerse un hueco cuesta más que pedir una copa en una fiesta de Nochevieja con barra libre. Aun así, son muchos los que lo consiguen, los que se hacen con un sitio en un medio, pero sobre todo son muchos los que lo intentan y gracias a ellos día a día salen adelante muchos grandes medios de comunicación.

Lo mejor de un becario es esa ilusión por hacer las cosas por primera vez y por hacerlas bien. Todos hemos pasado por eso y nos hemos equivocado y nos han dicho “es mejor que esto lo hagas de esta manera en vez de esta otra” Pero qué hay de los que acaban humillando al becario? Ese momento en el que te planteas que no sirves para lo que llevas estudiando años y que no eres capaz de hacer nada bien.
Lo mejor para un becario es que te reconozcan tu trabajo sé que es algo que debería hacerse con cualquier trabajador, pero lo cierto es que la ilusión del becario se va perdiendo cuando se lleva un tiempo en la profesión.

Hace un par de días, vi como Josep Pedrerol se enfadaba con los becarios que estaban en el control de realización de Punto Pelota porque no le ponían bien un gráfico sobre una encuesta sobre el sueldo de Messi, algo super importante, por cierto. Es cierto que el periodista pidió disculpas inmediatamente, pero dio cuenta de una actitud prepotente y de superioridad.



Uno de mis profesores de la carrera decía que una beca es una oportunidad que no puede dejarse pasar sin más que en ella, como estudiantes, tenemos que “quemar” todos los cartuchos y sacar el máximo potencial a nuestras facultades para hacernos un hueco en la profesión.

No hablaré de aquellos que consiguen una beca por enchufe porque soy de los que piensan que el mundo acaba poniendo a cada uno en su lugar, pero hasta entonces nos toca esperar y no desesperar. Es difícil pensar que pueda haber alguien que se haga un hueco en los medios sin un padrino, pero cosas peores se han visto ¿no? Lo que está claro es que el periodismo es una profesión más de vocación que de formación y todos aquellos que se meten a estudiarlo porque no tienen ni idea de qué hacer acaban dedicándose a otras cosas porque no les gusta ejercer la profesión en sí misma.

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