En 2011, IBM publicó un estudio en el que se afirmaba que “La información en las redes sociales viaja a un ritmo inesperadamente lento, con la excepción de algunos eventos masivos” en este estudio participaron un total de 30.000 personas de 11 países diferentes. El estudio también observó la importancia en la difusión de unos pocos individuos expertos en los temas.
Imagen: Ecbloger
Se puede decir que en las redes sociales existen unos “líderes de opinión” que poseen un gran número de seguidores y que sea cual sea la información que ellos difunden siempre tiene una cierta repercusión social.
Twitter es una de las redes sociales con más impacto en los ciudadanos. Las cifras de usuarios suben día a día y en dicha red social tienen lugar numerosos intercambios de impresiones entre los mismos líderes de opinión citados antes. Twitter se ha convertido en un lugar de referencia para muchos ciudadanos y los políticos consideran que es necesario estar en esta red para que su mensaje cale en la sociedad.
Estamos en la era de la comunicación 2.0 y parece que el que no está presente en las Redes Sociales, no está. ¿Pero hasta qué punto los mensajes políticos calan en las redes sociales? Twitter te permite dirigirte a audiencias muy amplias, pero igual lo hacen el e-mail, el correo convencional o el teléfono. Con la aparición de la televisión en los años 50 muchos anunciaron la llegada de la paz mundial o la expansión de la democracia y, evidentemente, no llegaron ninguna de las dos. Por lo que es bastante difícil que la tecnología vaya a agitar la política.
Por no hablar de la imposibilidad de conversar con toda la audiencia potencial. Lógicamente, Obama no conversa con sus, casi, 27 millones de seguidores. No existe la comunicación bidireccional entre los políticos y los ciudadanos por mucho que algunos se empeñen en que parezca que son ellos los que gestionan sus propias cuentas. Además, todo político que se precie siempre va a tener un asesor (o varios) de comunicación que le va a dirigir a la hora de interactuar en las Redes Sociales.
Es cierto que las Redes Sociales son un buen medio para compartir información, pero no para que un político movilice a la sociedad. Puede pasar como ocurrió en la Primavera Árabe que las redes sociales se convirtieron en el medio convocador de las revoluciones, pero no debemos olvidar que Twitter, en ese caso, borró numerosos archivos… Muchas veces un político puede hacerse más notar por “una metedura de pata” que por un mensaje de contenido político. Como por ejemplo, les pasó a María Antonia Trujillo y a Fátima Báñez.
Es por todo esto por lo que podemos deducir que las Redes Sociales pueden ser útiles en el periodismo a la hora de compartir información (aunque hay que cuidar que esa información sea veraz), pero en cuestión de política es complicado que un tweet influya en los ciudadanos tanto como para cambiar la intención de voto.
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