Periodistas en la cuneta

Hace unos días Julia Otero (a la que admiro profundamente) recogía el Premio Ondas Nacional de radio a la trayectoria más destacada y en su discurso reivindicaba el papel de los periodistas que, con una edad, han sido anulados para ejercer su trabajo. Se refería a ellos como los que hemos ido echando a la cuneta.

Julia Otero durante su discurso (Imagen: Europa Press)

Es cierto, tiene razón poco a poco los medios han ido eliminando de sus plantillas a los periodistas más mayores (y con más experiencia), pero la pregunta es ¿lo han hecho para dar paso a las generaciones venideras? Lo cierto es que es algo bastante dudoso porque el camino que están llevando los grandes grupos de comunicación es el de contratar a becarios que, por mucho menos, hacen el trabajo de periodistas con mucha más capacidad (por sus horas de dedicación a la profesión) y que, en realidad, deberían ser sus maestros.

La crisis económica en la que estamos inmersos está minando cada vez más de los medios por los numerosos despidos y la sustitución de la plantilla por becarios a los que son pocos los que les explican qué deben hacer.

He estado más de dos años de beca en diferentes medios que te mantienen el máximo posible con ellos (6 meses por curso) para que hagas el trabajo que debería hacer un redactor experimentado cuando, muchas veces, es la primera vez que te enfrentas al mundo laboral. Y eso da miedo. Miedo de hacerlo mal; miedo de no ser útil porque tu trabajo no sirva de nada, pero porque no sabes cómo hacerlo bien; miedo de fracasar y miedo de que nunca se acuerden de ti para llamarte si hubiera una vacante. Cuando he estado de beca siempre he intentado hacerlo bien, poner interés, pero sobre todo aprender (aunque no siempre he tenido a alguien para enseñarme).

Llega un día en el que no puedes ser más veces becario, en el que la posibilidad de demostrar lo que vales desaparece y ese mismo día ves que tu sueño se escapa sin poder hacer nada.

Estoy totalmente de acuerdo con Julia Otero cuando dice que hemos echado a la cuneta a los periodistas veteranos, pero lo triste es que se ha hecho y no para dar prioridad a los jóvenes sino para mantener un negocio en el que los de arriba son los que se lucran y los que más perjudicados se ven son los que no pueden trabajar jóvenes o mayores.

Desde aquí mi más sincera enhorabuena a Julia por su ondas y también a Carmen Ollé y a MªCarmen Juan por la parte que les toca.