miércoles, 16 de enero de 2013

Telemadrid: la televisión que creó tendencia

No siempre se quedan los mejores, no. Se quedan los que no han llegado por sus propios méritos donde están, pero que “demuestran más valía”. Algo así es lo que ha pasado en Telemadrid, este sábado 861 empleados de la televisión pública de la Comunidad de Madrid recibían sendos burofaxes con 11 hojas en los que se les comunicaba que estaban despedidos. Entre los despedidos hay gente que ha trabajado desde prácticamente el día que nació la cadena, en otoño de 1989. Las cifras hablan solas, de los 17 presentadores de informativos continuarán seis y de los 177 redactores, mantendrán su empleo apenas 58. En cambio, 13 de los 12 directivos seguirán en la cadena.


Según el informe elaborado para explicar esta situación, el ERE quiere “cesar en las actividades que provocan un mayor coste para RTVM, tanto por volumen de personal como por coste de los medios, es decir, la actividad de producción técnica. De esta forma, la actividad de RTVM se centrará en una actividad exclusivamente periodística." ¿Cómo es posible hacer periodismo con una plantilla que prácticamente no es capaz de abarcar toda la actualidad informativa que genera la Comunidad de Madrid? Por no hablar de que se queda sin operadores de cámara (algo totalmente prescindible en televisión, está claro), sin la mayoría de sus maquilladores y peluqueros o que 17 de sus 18 realizadores han recibido el burofax que les despide. Todo muy lógico en una profesión en la que día a día queda claro que prima más el “enchufe” y el obtener beneficios económicos de una actividad cuyo principal objetivo ha de ser el de ejercer control sobre un Gobierno para que los ciudadanos puedan crearse una visión crítica respecto a las acciones que llevan a cabo sus gobernantes. En realidad eso es lo que es el periodismo y no elaborar informaciones que favorezcan a un partido político determinado.

Con el ERE de Telemadrid se marchan los que han hecho historia en la televisión; los creadores de Madrid Directo un formato explotado en todo el territorio nacional y con el que cada tarde hacía mis tareas (sí veía la tele haciendo los deberes y aquí estoy); los que me contaron con apenas 8 años el asesinato de Miguel Ángel Blanco; los que llevan las procesiones cada Semana Santa a mi casa o las cabalgatas de Reyes cada día 5 de enero; se van los que me engancharon a mi cámara y yo y los que probablemente pusieran su granito de arena para que me dedicara a esto del Periodismo.

Desaparece una televisión que creó tendencia cuando funcionaba sin estar bajo presiones y que ha servido de referencia hasta que la mala gestión política y el amiguismo le han ganado la partida. Gran parte de los profesionales que han luchado hasta el final por ella se van, pero seguramente continúen sus carreras en medios que les permitan hacer lo que tuvieron que dejar en sus últimos años en Telemadrid.

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