Lo cierto es que trabajar en comunicación corporativa hoy en día es como ejercer de relaciones públicas para la empresa. Te mandan hacer una nota de prensa para favorecer la imagen de la empresa y te ves prácticamente obligado a que salga en los medios. ¿Pero es cosa del periodista que elabora la información corporativa que salga reflejada en los medios? Está claro que no, son los periodistas de las grandes agencias o los grandes medios los que deben determinar si la información que reciben es susceptible de ser publicada.
Muchos de los periodistas que allí estaban han afirmado que en los años 70 ya se dejó atrás el conflicto entre periodismo y relaciones públicas para dejar claro que los periodistas debían dedicarse a informar. De un tiempo a esta parte, ha surgido la mal llamada información publicitaria que no es ni más ni menos que la información que los gabinetes de comunicación de las empresas elaboran para dar a conocer sus bondades.
Uno de los principales problemas en las empresas viene porque los departamentos de comunicación se “obsesionan” por colocar sus comunicaciones que forman parte de las campañas de marketing y se olvidan de cuidar las relaciones con los medios que, al fin y al cabo, son los que les ofrecen visibilidad en el entorno de la sociedad.
No es necesario que una gran marca se cree una imagen para que las notas de prensa que envíe se reflejen en los medios. El problema viene para las empresas más pequeñas o desconocidas. Lo cierto es que los periodistas están hartos de ver notas de prensa que lo único que hacen es trasladar las bondades de una empresa.
Las cifras demuestran que más del 60% de las informaciones que publican los medios provienen de los gabinetes de comunicación de las empresas. Parece que no, pero la proliferación de los departamentos de comunicación corporativa está haciendo un flaco favor al periodismo en dos ámbitos diferentes: el periodista que trabaja para el departamento de prensa acaba por no elaborar información si no publicidad; los medios se saturan de informaciones falsas que en realidad son publicidad.
Tuve una asignatura en la carrera que se titulaba Comunicación Corporativa. En ella aprendimos cómo una marca podía vender sus productos, posicionarse en el mercado y darse a conocer gracias a diferentes técnicas que se aplicaban en el mundo de la comunicación, pero sí, el objetivo era (y sigue siendo) vender. Que no es que esté mal, pero pierde la esencia de lo que se entiende como periodismo. Aunque si nos paramos a pensarlo fríamente es bastante complicado ejercer el periodismo strisctu senso.
La pregunta es ¿se puede ejercer el periodismo desde un gabinete de comunicación de una empresa? El periodismo es escoger un hecho, investigarlo y profundizar en él para convertirlo en noticia de interés público. Y esto, desgraciadamente, no puede hacerse desde un departamento de comunicación corporativa por mucho que los que están dentro se empeñen por afirmar que ellos hacen periodismo. Elaboran información, es cierto, pero esa información está sesgada, depende de unos intereses empresariales y tiene muchas carencias. Esas carencias son las que deberían aprovechar los medios para elaborar sus propias informaciones a raíz de notas de prensa de diferentes empresas, pero siempre es más sencillo copiar y pegar casi en su totalidad los archivos que llegan a la bandeja de entrada de los emails por cientos a lo largo del día.
En el X laboratorio de prensa de hoy se ha reflexionado sobre la labor del periodista dentro y fuera de los gabinetes de comunicación corporativa así como de su evolución a lo largo de los últimos años (sobre todo desde la entrada de la democracia). Aquí dejo el video del encuentro no sé si merece la pena (cada uno es libre de juzgar), pero lo que sí sé es que aclara un poco hacia dónde va la profesión y las nuevas fronteras que se abren.
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