jueves, 12 de diciembre de 2013

Moncloa rompe el pacto con los medios y decidirá quiénes preguntan en las comparecencias

En julio de este año hubo un gran revuelo cuando poco después de que el diario El Mundo publicase los supuestos SMS entre Bárcenas y Rajoy éste tenía que dar una rueda de prensa conjunta con el primer ministro polaco, Donald Tusk.

La limitación de Moncloa a las preguntas pasa porque tan solo dos periodistas españoles y dos del país visitante puedan preguntar en la comparecencia. De esta manera, los informadores tienen que pactar (sin participación del Gobierno) las preguntas y quien las hace.

Durante la rueda de prensa con el primer ministro polaco Rajoy se saltó esta norma y cuando tenían que preguntar El Mundo y la Agencia EFE le dio la palabra al diario ABC lo cual puso a la prensa sobre aviso porque el Gobierno nunca antes había interferido en la labor de los periodistas que cubren la comparecencia.


Hace unos meses y en vista de que se extendía el hecho de que los medios fueran citados a ruedas de prensa en las que no podrían hacer preguntas, la Asociación de la Prensa de Madrid y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España puso en marcha la iniciativa Sin preguntas no hay cobertura (#sinpreguntasnohaycobertura) en contra de las ruedas de prensa sin preguntas y otras anomalías informativas. Poco después, los periodistas asistimos atónitos a la comparecencia de Mariano Rajoy a través de un plasma de televisión.

El que sean los medios en conjunto los que decidan qué preguntas se hacen y quién las hace es algo que lleva haciéndose desde hace más de 10 años, pero hoy esto se ha roto. Moncloa ha comunicado a los periodistas, que se encontraban en la sala de prensa de la sede de la Presidencia del Gobierno a la espera de la comparecencia de  Mariano Rajoy y el presidente del Consejo Europeo Herman Van Rompuy, que a partir de ahora serán ellos los que darán la palabra a los medios.  De esta manera, Moncloa controla el hecho de que Rajoy sea preguntado por temas incómodos.

Hoy la decisión ha sido que pregunten ABC, Antena 3  y Telecinco. Y el panorama ha quedado así: Rajoy tenía la respuesta a la pregunta de ABC escrita y la ha leído mirando sus papeles; Antena 3 ha decidido hacer las preguntas que, antes de esta ruptura del pacto, habían acordado entre casi todos los periodistas y Telecinco se ha ido sin preguntar de la comparecencia de prensa.

Por definición, la democracia es una forma política en la que el poder se ejerce desde el pueblo y los medios de comunicación tienen un papel fundamental aquí.  El pueblo se informa a través de los periodistas y el hecho de que desde los poderes públicos se decida qué medios informan, cómo y a qué responden acaba limitando la información que llega a los ciudadanos. En el fondo, la información hace libre al ciudadano porque le permite ver lo que sucede, analizarlo y tomar decisiones al respecto. Pero últimamente, los medios son percibidos como simples intermediarios entre el poder y los ciudadanos.

¿Qué haría un pueblo en el que todas y cada una de las informaciones estuvieran controladas desde el poder? ¿Los periodistas han de aguantar que sea el Gobierno (del color que sea) el que decida qué se pregunta y quién lo hace? Quizás no y sea el momento de que el periodismo le dé la espalda al Gobierno porque en el fondo éste ya tiene claro el mensaje que quiere colocar y tan sólo utiliza a los medios como intermediarios para colocarlos. McLuhan afirmaba “The mass is the media” (El medio es el mensaje) porque  el mensaje no puede limitarse al contenido ya que quedarían fuera las características básicas de los medios: la capacidad de modificar el comportamiento de la sociedad. El poder lo sabe y por eso usa a los medios como intermediarios para poder colocar su mensaje.


Definitivamente, Moncloa ha decidido romper el pacto y elegirá qué medios preguntan a partir de ahora. Muchos han sido los periodistas (Cristina Pardo, Carlos E. Cue o Sonia Sánchez, en la imagen) que han protestado ante la Secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez, para defender el derecho de todos los medios a preguntar sin que su línea editorial vaya a ser un impedimento que, en el fondo, es lo que se busca esconder.

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