lunes, 24 de febrero de 2014

Operación Palace: educando al espectador

¿Puede una mentira explicar una verdad? Este era el reclamo de la promoción de Operación Palace, el programa de Jordi Évole sobre el 23-F. Operación Palace consiguió en poco más de una semana crear una gran expectación entre los televidentes lo que se tradujo en un gran índice de audiencia (23,9 superando los 5.200.000 espectadores). Este eslogan, como ha explicado el mismo Évole, surgió de la premisa de que eran muchos los españoles que afirman haber visto el golpe en directo cuando las imágenes no se emitieron por televisión esa misma noche.


Cualquiera que hubiera visto con anterioridad un falso documental es probable que se diera cuenta anoche a los pocos minutos de empezar de que Operación Palace era un mokumentary. Este género audiovisual está muy visto en Estados Unidos y en la Europa del norte, sin embargo en España ha levantado una gran controversia. William Karel ya hizo en su día Operación Luna un falso documental en el que se pretendía convencer a los espectadores de que la llegada del hombre a la luna había sido mentira. Operación Palace (que se parece a la producción de Karel hasta en el nombre) sigue la estructura de este tipo de obras de principio a fin: entrevistas con los implicados, voz en off, caso relevante para la opinión pública, una teoría contraria a la que se ha hecho creer en un primer momento y sobre todo las tomas falsas al final.

Las Redes Sociales anoche fueron un hervidero en el que unos alababan a Évole y otros le denostaban. Lo que se ha visto con la emisión de este programa ha sido que también en cultura audiovisual existe una España de las dos velocidades; una en la que todo el mundo cree a pies juntillas lo que dicen los medios (y si les engañan se sienten estafados) y la otra desde la que se filtra la información recibida y se pone en duda lo que viene de los medios.

El de Évole ha demostrado ser un buen ejercicio que ha azotado la conciencia de quien se ha dado cuenta de la vulnerabilidad mediática que existe y no podría haberse hecho con otra cosa que con el 23-F del que siempre se nos ha contado que fue un ejemplo (y un triunfo) de la solidez de la incipiente democracia.
Lo que realmente merecía ser visto, más que el propio documental, fue el debate posterior al documental del que salieron brillantes ideas y en el que se halaba de la actual situación de España y cómo mejorar ciertos aspectos (si es que es posible) poniéndolo en relación con la tan mitificada transición democrática. Dicho debate, también una gran cuota de audiencia 18,8%, pero hubo quien cambió de canal y he ahí el quid de la cuestión. Quien cambió de canal lo hizo porque se sintió estafado por lo que Operación Palace contó de principio a fin. De hecho, hoy hay quien dice que Évole ha perdido toda la credibilidad que tenía por haber montado una farsa como esa. Y la explicación a esto es muy sencilla, al español no le gusta que le mientan y mucho menos que lo hagan con un tema que consideran intocable y por eso han criticado a Évole, ni más ni menos…

Es cierto que el 23-F fue un episodio de la historia de España que muchos vivieron con miedo, llamados a los cuarteles o recluidos en casa pegados a la radio porque TVE no emitió las imágenes y estaba intervenida por los militares (de ahí que haya pasado a la historia como la noche de los transistores), pero ¿qué hay de malo en desarrollar la mirada del espectador con nuevos puntos de vista si esto va a servir para que se vea que no todo va a ser lo que parece?

El espectador español no está educado audiovisualmente para entender que no todo vale, que no todo lo que hay en televisión es verdad. Y al menos ayer Évole dio la cara y explicó que lo que Operación Palace mostraba era mentira, pero ¿qué pasa con todos los programas guionizados de principio a fin y que tratan de vendernos como realidad?



Desde aquí tan sólo se puede aplaudir a Évole por enseñar al espectador que debe aprender a filtrar lo que le llega y no porque salgan Iñaki Gabilondo o Fernando Ónega hablando tiene que ser verdad… (En Operación Luna Kubrick afirmaba haber producido la falsa llegada del hombre a la luna)

Operación Palace marcará un antes y un después en la forma en la que muchos españoles ven la televisión y consiguiendo eso, ya se ha dado un gran paso. Algo está cambiando y eso es importante porque demuestra que empezamos a no ser esa sociedad teledirigida de la que hablaba Sartori en su “Hommo Videns”. Eso sí, las Redes Sociales tienen su gran papel en esta evolución en la manera de ver la televisión y es que si no hubiera sido por ellas hubieran sido muchos más los que se hubieran creído lo que allí se contaba.

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón. La gente no lo quiere aceptar, están picados, se dicen: "yo me lo tragué", pero en vez de admitirlo culpan a Évole. No solo nos dio una lección respecto a las mentiras que en una hora nos creemos, sino también de sentido del humor. Aplaudo al que al acabar, en vez de decirse: "voy a acabar con Évole" se rio de sí mismo y trató de encontrar la moraleja.

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