lunes, 9 de septiembre de 2013

La verdadera carrera olímpica de Madrid

“Madrid is eliminated in the first round” estas palabras de Jaques Rogge acabaron el pasado sábado con el “sueño olímpico de Madrid”.

Muchos son los que han hablado sobre lo buena que era la candidatura de la capital (a pesar de ser un proyecto low cost) y de que Madrid era el mejor de las tres posibilidades, pero que el COI está a favor de todo lo que no sea español y demás argumentos.

Imagen: La Vanguardia
En 2024 será el bicentenario del olimpismo moderno y es probable que se presente París como ciudad candidata a organizar los Juegos Olímpicos de ese año y, según una regla no escrita, no pueden darse juegos en el mismo continente dos veces seguidas por lo que se explica prácticamente la imposibilidad de que Madrid organizara los Juegos Olímpicos de 2020.

Otra cosa es el funcionamiento interno del COI porque de todos es sabido que se trata de una institución cuyos miembros se mueven mucho por intereses (sobre todo políticos) que van más allá de lo deportivo. Una de las grandes bazas de España en este caso era la necesidad de hacer lobby para convencer a los miembros con derecho a voto de que la de Madrid era la mejor opción entre las ciudades candidatas.
Los madrileños salieron a la calle el sábado a celebrar una elección que todavía no había tenido lugar, pero las instituciones, con ayuda de los medios de comunicación, se empeñaron en hacer ver que la de Madrid era la mejor candidatura. No se tuvo en cuenta el hecho de que los Juegos Olímpicos necesitan una gran inversión y que el COI, lógicamente, no apostaría por un proyecto con 2.500 millones de presupuesto habiendo otro con 3.600 como lo es Japón. Alberto de Mónaco, de nuevo, hizo una pregunta clave al interrogar a la delegación madrileña sobre qué significaba el nuevo proyecto de Juegos Olímpicos (relacionado con el proyecto low cost).

Quizás la candidatura funcionase con más inversión (algo que ni Madrid ni España tienen a día de hoy); con más (y mejor) diplomacia, pero sobre todo con un proyecto gestionado desde un país que tiene capacidad para organizar un acontecimiento de la magnitud de unos Juegos Olímpicos.

La crisis económica está ahí y por mucho que el Presidente del Gobierno se trasladase a Buenos Aires a intentar contar que España está saliendo de ella no resultó convincente. Sin tener en cuenta el hecho de que Mariano Rajoy diera su discurso en castellano (porque a pesar de ser un idioma oficial en el COI, no era oficial en el proceso como recordó el propio COI antes de emitir la primera votación); la diversidad de gente que formaba parte de la delegación española en Buenos Aires entre la que se encontraba hasta una actriz televisiva (en teoría, como representante de la cultura española) o el discurso de Ana Botella (café con leche incluido). Al respecto de este último punto hoy mismo Esperanza Aguirre ya ha dicho que “ha llegado la hora de remover las aguas demasiado quietas de la vida interna de los partidos.”, abogando claramente por las elecciones primarias y listas abiertas. (Esperanza de nuevo haciendo oposición a su partido).

La verdadera carrera olímpica de Madrid (y de España) pasa por una regeneración económica e incluso democrática del país; por inversión en educación, sanidad e incluso deporte (si quieren) para promocionar desde abajo el espíritu olímpico. Quizás lo mejor no sea resignarse porque Madrid no acogerá en 2020 los Juegos Olímpicos si no pensar si (como preguntó un periodista en la rueda de prensa posterior a la presentación de la candidatura) si tiene sentido para un joven parado que Madrid se presente como ciudad para organizar unos Juegos Olímpicos mientras él tiene que estar pensando de qué va a vivir en 2020 porque no tiene trabajo. En ese sueño, el de trabajar y salir adelante, deberían poner sus esfuerzos los miembros de la candidatura Madrid 2020 porque para ellos el proyecto ha llegado a su fin, pero en Madrid (y en España) todo sigue igual.

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