miércoles, 29 de mayo de 2013

España, en una situación de difícil solución


Mientras uno de cada cuatro españoles en edad de trabajar pasa el día pensando en cómo y dónde encontrar un trabajo que le permita sacar adelante su vida, los políticos españoles están en otras lides. La pasada semana tuvo lugar la entrevista a José María Aznar en Antena 3, la cual aún está coleando; a principios de esta semana, Alfonso Guerra presentaba el tercer volumen de sus memorias y ayer martes saltaba la noticia de que Felipe González (porque el expresidente socialista no lo desmintió) podría haber estado reunido con Mariano Rajoy el día de la entrevista a Aznar en Antena 3. Entre unos y otros se mandan indirectas en lo que bien podría ser un enfrentamiento en los medios.


Lo cierto es que mientras los españoles se interesan sobre si Guerra dice que guardó las memorias de José Bono en un Cajón; lo que cuesta un gintonic en el Congreso o si Aznar está pensando en volver a la política, se olvidan las cuestiones principales y que día a día afloran en la sociedad y que están ahí porque son problemas reales. Problemas de gente que, en su mayoría, no entiende de política. Que sabe lo que ve en la televisión, lee en los periódicos (si es que lo hacen) o comentan en una tertulia con sus conocidos.
Gestionar una crisis económica es difícil y hacerlo con problemas internos en el partido que está en el gobierno no es más sencillo. No hace falta ejemplificar el tema con casos como la indemnización en diferido de Bárcenas o el caso de la gestión de Caja Madrid mientras Miguel Blesa se encontraba al frente de la entidad.

Día a día surgen informaciones relacionadas, en su mayoría, con los famosos “Papeles de Bárcenas” sobre si el PP recibió donaciones por parte de empresarios que luego se les devolverían, presuntamente, en forma de concesiones. Es complicado salir de esta situación en la que cada día que pasa aparecen más irregularidades contables. Pero el PP tiene que saber cómo hacerle frente a una situación que poco a poco se le está escapando por los numerosos huecos que se abren a diario. Y no, a pesar de estar en el Gobierno no sabe hacerle frente a la situación. Su única ventaja es que el PSOE (partido mayoritario en la oposición) está fragmentado desde sus bases y no es capaz de aprovechar la coyuntura. Es por esto que cada vez que sale una encuesta sobre intención de voto el PP pierde votantes potenciales, sí, pero también lo hace en PSOE y los únicos que ganan son Izquierda Unida y Unión Progreso y Democracia.

Por mucho que algunos se empeñen, en España, el partido natural de Gobierno es el PSOE, pero cuenta con un hándicap y es la fidelidad de los votantes del PP. Mientras que los votantes del PP a penas cambian su voto con los años (el PP suele obtener en torno a 10 millones de votantes), los votantes del PSOE sí que fluctúan entre partidos y estos son los que le hacen perder el Gobierno.

La actual situación de crisis hace que muchos españoles estén descontentos con la clase política que tenemos y, por lo tanto, se produce una despolitización social lo que significa que poco a poco son más los ciudadanos que se dejan de interesar por el voto aunque sí que se involucran más en actos que consideran les van a llevar a reivindicarse para mejorar su situación.

Mientras los políticos viven aislados en lo que quieren contar (reformas, elecciones, IPC, pactos que no lo serán nunca, etc.) los ciudadanos viven su propia realidad y la reivindican dándose cuenta, cada día, de que los políticos están siendo atropellados por su propia gestión tanto de partido como de gobiernos (ya sea estatal o autonómico). Es por ello que cada vez son más los ciudadanos que reclaman un cambio, pero ya no un cambio de Ejecutivo si no un cambio de gestión, esa gestión que muchos no saben controlar.

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