Como reivindicación social del independentismo, la consulta
del 9 de noviembre en Cataluña puede haber sido un éxito para el Govern catalán y los
suyos. Otra cosa es que no contara con las garantías democráticas porque no
existía junta electoral, era controlada por los partidarios de la propia
consulta, no había un censo de votantes sino que éstos tenían que estar
previamente apuntados en un listado para poder ejercer el voto.
Voluntarios en las aulas. Foto: La Vanguardia |
En relación a esto, el diario La Vanguardia publicaba ayer
un artículo en el que respondía a la pregunta de ¿cuántos votos hacen falta
para que la consulta sea considerada un éxito? Dicho artículo afirmaba que “Una
participación por debajo del 25% del censo electoral -menos de 1.400.000
ciudadanos- constituiría un fracaso para un movimiento soberanista” A día de
hoy (tengamos en cuenta que se puede seguir votando hasta el próximo 25 de
noviembre), se ha superado esta cifra por más de 900.000 votantes.
Prevaricación, malversación y desobediencia; esos son los
delitos a los que se enfrenta el Gobierno de la Generalitat por mantener la
consulta del 9N cuando el Tribunal Constitucional la suspendió en dos
ocasiones.
Mientras tanto, en Madrid, el Presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, no ha dicho nada al respecto de la consulta. El Gobierno ha
optado por el silencio en el día después de la consulta y ha decidido no hacer
valoraciones al respecto más allá de las declaraciones del Ministro de
Justicia, Rafael Catalá (apellido con guasa), quien se limitó a afirmar ayer a
última hora de la tarde que fue una “jornada de propaganda política carente de
total tipo de validez democrática”.
Precisamente es esta actitud del Gobierno Central la que
está haciendo que la consulta Catalana tenga “más repercusión” mediática y
social porque la callada por respuesta, el no oponerse a algo que no estaba
permitido y que al final se llevó a cabo y el no hacer valoraciones sobre un
hecho en concreto que afecta al total de la ciudadanía española da, más si
cabe, la sensación de que ese Gobierno, el Central, no trata un tema para no
entrar en polémica.
El silencio del Gobierno de Rajoy puede dar la sensación de
que en España no existe una postura clara respecto a la reclamación de
independencia catalana. Explican que no valoran la consulta porque está al margen
de la legalidad. La única persona del Partido Popular que ha valorado hoy la
consulta ha sido Mª Dolores de Cospedal que ha afirmado que ha sido un “simulacro
estéril e inútil”.
Para el PSOE, la votación es ilegal e inválida, pero el
Secretario General del partido, Pedro Sánchez, confía en que este sea un primer
paso para el camino hacia la España federal.
El próximo paso de la Generalitat es tener más presencia en
el exterior, algo que ya ha conseguido en cierto modo por la cantidad de medios
acreditados tanto en Cataluña como en Madrid para cubrir la consulta. En este
sentido, uno de los primeros en hablar sobre ha sido el Primer Ministro
británico, David Cameron, quien ha apostado por la unidad de España. Ahora
queda ver qué hará Arthur Mas para dar visibilidad exterior a su propuesta
porque desde la Unión Europea han afirmado el de la consulta es un asunto
interno en el que no tienen nada que decir.
En el día después, no se puede hablar de fracaso porque casi
tres millones de personas se han manifestado y de esas más del 80% está a favor
de la independencia catalana; pero tampoco puede ignorase al resto de catalanes, dos tercios, quienes han decidido no acudir a la llamada de las
urnas. Entonces, ¿en qué estado quedan las cosas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario